domingo, 19 de noviembre de 2017

Tras la tinta: Lo que sueñan las postales

Nos remontamos esta vez muchos años atrás, diez aproximadamente. En plena adolescencia, la idea de una ciudad flotante me parecía más lógica de esos mundos fantásticos que llevaba toda la vida imaginando que de la propia realidad. No imaginaba cómo podía ser vivir en mitad del agua y, sin embargo, tener calles y casas que visitar.

¿Os imagináis lo que supuso que mi ciudad favorita fuese la próxima localización de la que era y sigue siendo una de mis sagas predilectas de videojuegos? Por fin podría visitar Venecia, y lo haría en la piel del assassin más legendario que Assassin's Creed ha creado: Ezio Auditore.
Decenas de horas pasé simplemente paseando, fascinado por esa Venecia renacentista virtual bajo la capa Auditore, imaginando cómo sería estar allí de verdad algún día. Debía conseguirlo, por muchos años que pasasen, algún día prometí caminar con mis propios pies por donde lo hice en otra vida.

Tuve que esperar muchos años hasta que la ilusión hecha persona me regaló una carta con dos billetes a Italia. Si pudiera poner un tope a la felicidad que puedo sentir, creo que sería cuando llegué a aquella ciudad junto a ella.
Pudiendo visitar tanto Pisa, como Florencia y al fin Venecia, aquellos días definieron el sentido de la palabra magia. Tal y como relato en la entrada, aquello no fue como un día lo imaginé, sino que fue muchísimo mejor.

Si bien es cierto que al fin paseé por las serpenteantes calles de Venecia y las enorme avenidas de Florencia, contemplando todos los lugares que decoraron mis anhelos durante años y sintiéndome parte de la historia viva y ficticia de la humanidad, la realidad es que una vez allí no me importaba tanto sentir el sol florentino ni el aroma veneciano. De lo que daba gracias de poder disfrutar fue de esa mano acompañando la mía durante toda la aventura. Pues fue ella finalmente la que convirtió la ficción en realidad, demostrándome que todo puede ocurrir cuando menos te lo esperas, y que será mucho mejor de lo que nunca imaginarás.

Lo que sueñan las postales se corona como tercera publicación más visitada de Tormenta de Sueños, y mi intención al escribirla no fue otra que dedicar un humilde epílogo de esa ''Ruta Auditore'' que ambos recorrimos, un agradecimiento para ella después de tan enorme regalo. Un regalo que a todos siempre recordaré en su honor, y un detalle que sin duda pienso devolverle en cuanto tenga oportunidad de estar a la altura de lo que ella hizo por mí.

Ella me lo enseñó sin saberlo, pues viajar al lugar de tus sueños, acompañado de alguien que nació de ellos, es un lujo que se debe agradecer y corresponder a diario. Y ella recibirá multiplicado por mil cuanto me dé.


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Lo que sueñan las postales:

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