miércoles, 17 de mayo de 2017

Lo que sueñan las postales

Recuerdo un tiempo que tuve un sueño. Un sueño tan lejano que los siglos convirtieron en leyenda. Sueño que incluso el corazón, en alguna ocasión, olvidó la posibilidad de alcanzarlo tomándolo por improbable. Recuerdo los días imaginando cómo sería volver allí, curiosamente, por primera vez.

Pero sobre todo recuerdo cuando no te conocía... e ignoraba lo que serías capaz de hacer por mí.


Entrando por la puerta de casa y llegando a mi habitación, deshago la maleta que me ha acompañado estos cinco días. La abro y lejos de contener ropa la encuentro llena de experiencias, recuerdos imborrables nacidos fuera del Animus de los que siempre serás dueña. Buscando entre el equipaje de mi memoria hallo una pequeña bolsa que mis manos desean abrir: Un regalo del que ya sé su contenido:

Una postal.

Pequeña imagen del lugar que un día prometí que conocería lejos de Abstergo. En ella veo cómo los canales sustituyen a las carreteras. Veo calles flotando sobre el agua y monumentos alcanzando el cielo de la laguna. Veo todo cuanto una vez soñé conocer, y sin embargo, descubro que ni siquiera la imaginación pudo superar las expectativas de lo que allí viviría.

¿Cómo olvidar la sensación de haber estado siglos atrás en el Palacio de la Señoría intentando liberar a mi padre aquella noche?





¿Cómo olvidar nuestra escalada a lo más alto del Campanario de Giotto para sincronizarnos con Florencia? Y por supuesto, ¿cómo no mencionar lo insignificante que me sentía junto a la piedra blanquecina y envejecida de la Catedral de Santa María del Fiore?






Increíble es pensar que aquello solo fue el principio, pues Venecia aún aguardaba nuestra llegada. Y lo cierto es que todo cuanto pudiera decir sobre La ciudad de mis sueños se quedaría corto, pues no hay palabras que hagan justicia a lo que sentí al caminar por aquellas estrechas y laberínticas calles.

Pero no quiero perderme en detalles que tú también conoces de sobra. El verdadero contenido de esta postal es decirte todo cuanto mi mente gritaba cada vez que veía tu sonrisa acompañarme de la mano.

Quiero que sepas que eres culpable de haber cumplido el sueño de alguien.
Quiero que cargues sobre ti lo que supone un logro de semejante envergadura. El saber que gracias a ti, una persona pudo ver con sus propios ojos algo que solo se le había permitido visitar en la imaginación. Fuiste tú quien demostró a una mente que a veces olvidaba llegar a ver cumplido ese viaje lo equivocada que estaba al perder la esperanza. Las grandes galerías de Florencia... los atardeceres frente a puentes legendarios, nuestro propio carnaval veneciano, o la mejor cena de toda mi existencia a orillas del Gran Canal...

Mis recuerdos de aquellas ciudades quedarán escritos con la tinta de tu nombre.

Todo cuanto allí viví fue gracias a ti. Si hoy tengo uno de los recuerdos más valiosos de mi vida es gracias a haber recibido ese regalo durante nuestra segunda noche de reyes junto a ese traje. Pero si hay algo que quisiera agradecer más que ninguna otra cosa, es el hecho de haberte conocido.

Porque sin ti, de igual modo, algún lejano día quizás hubiera visitado aquellas ciudades. Hubiese contemplado desde el Campanario de Giotto, hasta la Basílica de San Marcos tarde o temprano en algún momento de mi vida. Puede que hubiese caminado horas por el casco antiguo de Florencia, contemplado el ponte Vecchio al atardecer, o visitado la Plaza de la república donde todo comenzó. Incluso me habría dejado perder por las sinuosas calles de Venecia. Todo ello disfrutando de todo aquello tal y como lo imaginé...

...tan solo, tal y como lo imaginé...

Ese hubiera sido precisamente el problema. Que al estar allí, al haber cumplido el deseo de viajar a la cuna del Renacimiento y convirtiéndome en testigo de aquello que siempre deseé ver cumplido, me habría dado cuenta de que me faltaba lo más importante:

Que aquello fuese mejor de lo que imaginaba.

Si hubiera viajado hasta allí sin ti, mi triste descubrimiento sería que me faltaba tu mano apretando la mía. Sin ti aquello se hubiese quedado corto. Aquel viaje hubiese nacido, tan solo, como un día mi mente lo imaginó. Pero contigo allí, todo se convirtió en una experiencia que jamás hubiera podido imaginar.

Te escribo porque quiero darte las gracias por descubrirme que hay algo mejor que ver un sueño cumplido: Una persona capaz de mejorarlo.


Tú me demostraste lo que se sentía al caminar por las mismas calles que el último de la familia Auditore. Me enseñaste que incluso después de un largo día de emociones, aún quedaba calle por recorrer al caer la noche. Descubrí que el camino que menos personas siguen, es el que más tiene por descubrir. Pero sin duda descubrí que ese sueño que durante tantos años tuve, no hubiera podido cumplirse si no fuese gracias a tu compañía.







Me has hecho viajar a través del tiempo y aún así creerás que no tienes superpoderes. Me haces agradecer cada día poder tener estas fotos rodeándome y todavía creerás que es una forma de hablar. Me haces imaginar todo lo que aún está por venir y sin embargo sé que caminas varios pasos por delante de cuanto pueda soñar.


En mis paredes veo ventanas al pasado que ya recordarán por siempre lo que significó recibir el mejor regalo de mi vida: Conocerte. Sobre mi mesa guardo trofeos con el aroma de experiencias pasadas que recuerdan dónde estuve. Silenciosos testigos de cómo un día aquello se cumplió.

Jamás pensé que podría llegar a deberle tanto a una curiosidad nacida en un lejano diciembre.

Hay una frase que me gusta mucho recordar, y es aquella de: ''Recibirás por mil multiplicado lo que me des''. Solo quiero que sepas lo que ello significa. Pues tus sueños también los conozco, y las mejores cosas ocurren cuando menos te lo esperas.

Desde aquí me despido con esa postal escrita al final de aquel viaje que al fin dice todo cuanto en su reverso no cabía.
Desde aquí escribo con la pluma que me regalaste frente al legendario puente veneciano. Se despide el mayor Assassin que vive dentro de mí, que desde hace casi diez años soñaba con regresar una vez más a su hogar.
Desde aquí te deseo que recibas tanta felicidad como tú lograste en mí en abril de 2017. Una y otra vez, hasta que no seas capaz de imaginar nada mejor que lo que en tu presente te acompañe.
Desde aquí, te prometo que mientras me lo permitas, lucharé hoja oculta en mano contra todo cuanto se interponga en tu felicidad; pues luchar por una causa mayor a las necesidades de uno mismo es la mejor forma de morir.
Y mi causa, siempre serás tú.


Recuerda que nada es verdad... hasta que quien más te quiere lo hace realidad. 
Recuerda que todo está permitido... si alguien a tus sueños consigue darles sentido.

  -Vii Broken Crown -

''Parte de mi alma siempre te esperará a orillas de Rialto...''

''Ven a mí. El cielo te puede esperar.''-Mägo de Oz, Cadaveria-

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