martes, 20 de junio de 2017

El cementerio de las palabras ausentes

   ―¿Cuánto vales en realidad?
Esa es la pregunta que deberíais tener en cuenta todos los que me acompañáis esta noche sentados aquí alrededor de esta mesa.
   Los allí presentes, mirándose unos a otros, guardaban silencio sin dejar de prestar atención. El lugar, oscuro y oculto bajo la luz de las pocas velas sobre la mesa, acogía a varias personas en una mesa circular de madera.
   ―Sin duda vuestras respuestas serían bien distintas entre vosotros, pero por experiencia sé que la mayoría os situaríais en el bando negativo. Ni siquiera aquel que jamás lo reconocerá en público está a salvo de esa voz invisible que ya le ha susurrado su respuesta.

   La mujer anfitriona se recostó sobre el respaldo de la silla cerrando sus ojos y cruzándose de brazos.
   ―Son muchas la corazas fuertes llenas de hojas secas que se han sentado donde vosotros, y todos tuvieron algo en común que les hizo pensar que no valían tanto como les gustaría.
   ―¿El qué? ―preguntó uno de los presentes sin soltar la copa de entre sus dedos.

   Ella abrió de nuevo los ojos, alzó la mirada hacia el desconocido y sentenció:
   ―Valor.
Valor para decir. Valor para reconocer. Valor para decidir. Valor para sufrir.

   Un escalofrío recorrió a la mayoría de los allí presentes como un susurro de razón.
   ―Venid pues al abrigo de esta noche oscura porque lo que os voy a contar es la historia de ese lugar que todos visitamos y al que nunca hemos ido.
Se dice que existe un lugar más allá de la sombra del corazón. Un destino final para lo que nunca se le permitió ser.
Sus puertas están hechas de negros barrotes de acero y solo se abren para dejar entrar, sin opción de volver a salir:

Un eterno cementerio de todo lo que nunca fue.

Sus paredes son los ladrillos que nosotros mismos nos pusimos por equipaje y el cielo que lo decora, no es más que el reflejo de nuestros sueños vistos desde el lado inverso.
Esta necrópolis de palabras rotas se divide en tres distritos por los que todos alguna vez hemos paseado melancólicamente tras una decisión.

El primero de ellos es el más grande y todos conocemos sus calles muy bien:
El distrito de ''Lo que nunca se dijo''.

Un lugar de descanso eterno para esas palabras que no llegaron a nacer por culpa de nuestros miedos y dudas. Sus calles están llenas de lápidas que hacen honor a lo que pudo ser y no fue.

''Que la paz sea con quien pudiste tener a tu lado''

10-10-1987

''Requiescat in pace''


   ―Los árboles dan sombra a las tumbas de esas historias que no nacieron por culpa de no atrevernos. De caducar pensamientos. De decidir a destiempo. De ser tú mismo quien te mandabas callar.

''Aquí descansan los restos de un sentimiento que el orgullo estranguló''.

15-11-2011

''No siempre se obtiene la misma respuesta''.

   ―Cruces decorando la noche eterna que les da cobijo a la sombra del olvido.

''Descanse en paz la decisión que te hubiera hecho feliz''.


1-1-1

''Arriesgarse a perder también es arriesgarse a
 ganar''.

   ―Recordatorios eternos de en lo que nos hubiésemos convertido o a quién dejamos escapar.
''Aquí yace la oportunidad de decirlo a tiempo''.

7-7-2001

''Las ocasiones no conceden segundas oportunidades''.


''Descanse en paz el te quiero que no fuiste capaz de decir en voz alta''

4-12-1912

''La persona que quisiste nunca lo sabrá''.

   ―O incluso el lugar de descanso de quienes siempre fuimos en realidad pero nunca mostramos al exterior por miedo a hacernos daño.

''Aquí reposa la personalidad que encerraste por miedo al qué dirán''.

30-8-1965

''Que el ser uno más te haya merecido la pena''.

   ―Una palabra a destiempo. Un enfado que nubló tu juicio. El terror a una respuesta. La condena de no atreverse. Todo cuanto nunca fuimos guarda silencio sin dejar de ser parte de nosotros.

Por otra parte está el segundo distrito. Un lugar cuyas puertas se decora con la frase: ''Lo que no se cumplió''.

Muchas son las promesas rotas que reposan sus lágrimas allí. Aquellas que sus creadores juraron defender. Los mismos que olvidaron que lo hicieron y acabaron asesinándolas por la espalda.

''Aquí yace el intento de alcanzar tu propósito''.

13-9-2013

''Que la perseverancia que no te concedió la vida te apoye en la muerte''.

   ―Las baldosas se visten de negro en señal de luto frente a lo que alguna vez creíste.

''Descansen aquí los futuros recuerdos que no dejaste que llegasen''.

2-5-1657

''Pensar en lo mejor para uno mismo a veces tiene un coste demasiado alto''.

   ―Los espíritus de esa ilusión, esa felicidad que un día sentiste, agachan la cabeza en tu memoria.

''Aquí encontró su eternidad el amor eterno''

8-10-2010

''No son buenos tiempos para ser fiel a una palabra''.


``Una oración reza por esa amistad inseparable que se convirtió en mito''
.
6-7-2015

''Solo un verdadero amigo sabe atacar donde más duele''.


   ―Por último, el distrito más pequeño, y quizás, en el que más dolor aguarda. Una parcela titulada: Lo que nadie quiso.

Todas esas palabras sinceras que alguna vez arriesgaste a dedicar a otra persona, rechazadas o no valoradas, duermen por siempre allí.

''Aquí reposa un ''Estaré siempre a tu lado'' ignorado''.

5-7-2009

''Porque en el fondo sabías que lo decía de verdad''.

   ―El aroma de ese lugar rezuma un ambiente espeso de amargura y desesperanza. Pero a nadie parece importarle.
''Aquí yace la capacidad para soportar cualquier cosa''

11-4-2002

''Todo peso encima siempre hubiese sido poco por vivir a tu lado''.

   ―El lugar más oscuro y olvidado al que ninguna palabra quiere ir ni siquiera en la muerte.

''Descanse en paz todos los sacrificios silenciosos que jamás se te tuvieron en cuenta''.

1-1-1420

''Aunque nunca contasteis para el otro, me enseñasteis lo que soy capaz de hacer''.

   ―Y así se extienden cientos y cientos de kilómetros de nichos, tumbas y mármoles que señalan, en definitiva, lo que nunca llegó a ser. Incontables reposos que ojalá permaneciesen vacíos para siempre; pues las palabras tendrían más significado del que tienen ahora.
   ―¿No hay ninguna tumba vacía? ―preguntó uno de los presentes con tristeza.
   ―Siempre habrá―respondió la mujer―, pues no todo está dicho en esta vida.
Por eso os pregunté al principio: ¿Cuánto valéis en realidad?, o mejor dicho, ¿cuánto creéis que valéis? Todos tenemos seres queridos descansando en este peculiar cementerio, pero muchos más aún con la posibilidad de seguir viviendo, o llegar a nacer.

Todos tenemos algo que nos gustaría cambiar si tuviésemos la oportunidad de dar marcha atrás, por eso es bueno a veces pasearse por ese lugar a presentar nuestros respetos a lo que ya se ha ido. Da igual si tú fuiste la causa de su muerte, o fue otro el que lo condenó; aquello que una vez quisiste decir, traicionaron, o no tuvieron en cuenta será parte de ti el resto de tus días.

Por eso es mejor luchar por llegar al final del camino con el mayor número de tumbas vacías. Dejar nacer todas las palabras posibles. Todas las oportunidades. Arriesgarse a lanzar un sentimiento y que este sea recogido sin caer al suelo. Reconocer errores para que no nos roben algo más valioso que el orgullo. Pero sobre todo, saber cuándo decir las cosas y decirlas solo si de verdad se cree en ellas.

¿Que cuánto vale uno en realidad?
Vales todo cuanto seas capaz de decir.
 

Porque salvar a palabras no nacidas de no existir jamás, es el mayor regalo que puedes hacerle a tu propia historia. 

  -Vii Broken Crown -

''Y si hay que morir, mejor será luchando''-Mägo de oz, Puedes contar conmigo-

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