jueves, 1 de septiembre de 2011

Cuando el horizonte se vistió de rosa

Recuerdo que...
Casi a finales de verano, allá por el 2010,  me encontraba yo con mi grupo de amigos, dando un paseo durante la noche. Éramos alrededor de unos 15, imposible nombrarlos a todos, pero estoy seguro de que más de uno, aún recuerda esto que voy a contar.

Hubo un momento en que, caminando por un sendero, decidimos subir a lo alto de un hermoso mirador, uno al que se accede por un camino de acero, flotante en el vacío, que desemboca en un lugar donde tienes el mar a tus pies, pero a un montón de metros más abajo. Una vez allí, nos sentamos a cenar unos bocadillos que llevábamos encima. Si no fuese porque había Luna Llena, más de uno no hubiese podido observar, lo que estaba a punto de ocurrir.

En mitad de la oscuridad de la noche, entre risas y anécdotas, comenzamos a escuchar un sonido. Era como un graznido, pero múltiple. Al principio no le dimos mayor importancia, pero a los pocos segundos, volvió a ocurrir. Cada vez se escuchaba más y más fuerte, más y más cerca, y alguno de nosotros comenzó a asustarse de verdad.
Cual fue mi sorpresa, al descubrir que ese sonido, procedía de nada menos que una manada de flamencos en plena migración. Pasaron volando por encima de nosotros,bailando con las estrellas. Mientras unos quedaban con la boca abierta, otros, simplemente, no podían creérselo. Sin duda, aquella noche estuve muy cerca de descubrir lo que era la fantasía.

Nunca olvidaré aquella formación de flamencos, volando en flecha, alejándose hacia el horizonte sobre el mar, en busca de aquella Luna que iluminaba su camino.

 Es uno de los recuerdos más mágicos que poseo. Jamás lo olvidaré.

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