jueves, 18 de julio de 2013

La esperanza se cansa de esperar

Vives demasiado en el pasado, me dicen...
Tienes que olvidar de una vez, continúan...
Atrévete a ser feliz, insisten...
Dale una oportunidad a tu vida, finalizan...


Tengo muchos fantasmas siguiéndome allá donde voy. Cientos de incansables pensamientos que no me dejan dormir, me impiden soñar con una vida más allá de lo vivido. Esas duras reflexiones se han convertido de tal manera en parte de mí, que en cierto modo, puedo considerarlas mis amigas.

Meses que se hacen años, esperando, paciente y silencioso, recogiendo el mismo silencio que yo guardo...

Enamorarse es lo mejor que te puede pasar, sin importar si habrá un final o no, pues aquellos instantes de felicidad pura no se borrarán de tu mente jamás. Pero querer a alguien de verdad, no es tan sencillo como parece, pues cada día millones de parejas dejan de serlo, no es nada extraño, más bien, lo difícil es encontrar a dos personas que permanezcan unidas. Los motivos pueden ser distintos, pero la tristeza en ambos es algo que aparece sin excepción en mayor o menor intensidad.
Como es normal, todos queremos ser parte de ese pequeño grupo de afortunados que cumplen lo que en sus inicios imaginaron, derrotando los obstáculos que el camino les interpuso, aún sabiendo que no es algo fácil.

Pero en mi caso, hace ya mucho tiempo que dejé de ser quien era, de escuchar un te quiero cada día, de sentir el abrazo del ser amado. Ya no siento esa magnífica sensación de que alguien me necesite a su lado, me pida mi cariño, mi voz, o incluso mi presencia. Todo quedó reducido a un simple saludo o una fría despedida. Hubo un día en que conocí lo que significaba encontrar aquello que tanto busqué, descubriendo que un sueño puede durar años y no solo una noche.

Hace tanto que subo una cuesta arriba... Interminable e inclinada, de esas que no ves ni el final por más que sigas subiendo, cansando tu cuerpo y destruyendo tus fuerzas para seguir adelante.

Todo comenzó en aquel momento en que nos dimos dos besos en lugar de uno, en ese minuto exacto mi alma se partió, y supe que todo iba a cambiar a partir de entonces. Aquella despedida entre lágrimas en lugar de sonrisas marcaba el inicio del fin. No fue fácil darme cuenta de que a partir de entonces, dejamos de vernos cada día, ya no nos abrazábamos, el teléfono no sonaba por las noches y nuestras conversaciones dejaron a un lado aquel sentimiento que un día nos unió, para dar paso a las discusiones...
Poco a poco,  todo se estaba enfriando... Como una vieja hoguera llena de energía que ahora se desvanece.

Inevitablemente, sin ser conscientes, nos convertimos en lo que un día fuimos; dos desconocidos.

Aún así, seguimos hablando. Nuestras conversaciones no podían compararse con anteriores, pero nos era suficiente para sonreír al menos durante un rato. Dicen que la esperanza es lo último que se pierde... Por eso, mantuve una luz en mi interior. Una pequeña y tenue mota de esperanza que me animaba a seguir, a no dejar de lado esa posibilidad, a no dejar de creer que todo aquello volverá...

Quizás, con el tiempo, volvería a tener lo que tanto me costó perder...

Cuando estás en esta situación, te convences de que al llegar el verano, la época en la que comenzó vuestra historia hace tantos años, todo volverá a ser como antes. Te autoconvences de que volveréis a ser felices juntos, que volverán aquellos mensajes antes de dormir, esas cenas con la familia, o mágicas noches mirando al cielo bajo las estrellas.
Algo en tu interior te dice que las cosas se volverán a poner en su sitio por sí solas si no pierdes la fe en ello. Difícilmente esperas volver a revivir aquellos días de gloria, en los que quedabais cada noche en casa, en aquella piscina, o en vuestro lugar de siempre...

Con fuerza, soportas cosas que no puedes ver, paciente y confiado en que todo volverá a la normalidad, que tan solo es una prueba del destino.
Te das ánimos a ti mismo, creyendo que en ese aniversario fantasma que dejó de serlo, volverá y llorarás de felicidad una vez más.
Ignoras a tu cabeza para hacerle caso al corazón, que te dice que esas peleas y discusiones pasarán, que finalmente de una vez acabarán.

Pero llega un momento, en que te das cuenta, de que lo único que has hecho en todo este tiempo, es esperar algo que nadie te prometió que volvería. Empiezas a abrir los ojos, como tantas veces te pidieron que hicieras, aceptando lo que no querías ver, aprendiendo que incluso la esperanza se cansa de esperar...
Y es en ese instante, cuando toda tu vida pega un giro inesperado. Sin previo aviso, comprendes que todo eso ya no volverá. Que esos veranos nunca volvieron a ser iguales, las estrellas nunca más volvieron a miraros a los ojos, y que aquellas tardes paseabas solo observando aquellas rocas mientras nuevas historias comenzaban a tus espaldas.
Hoy entiendo de verdad, que aquellos días pasaron, se fueron para no volver, y que si hubiera tenido que pasar algo, ya lo hubiera hecho...

Lamentablemente, hace ya cuatro años de aquella noche, demasiado tiempo. Me propuse seguir esperando un poco más hasta esa fecha que nunca volvió, pero me sentí incapaz de continuar. Por eso, creo que ahora más que nunca, debo sonreir de nuevo, sin olvidar lo vivido, pero dando paso a lo que está por llegar.

Es posible que hasta hoy pueda contar con menos de la mitad de los dedos de una mano las veces que me he enamorado de alguien, pues lo más difícil que una persona podría ser capaz de hacer, sería conseguir que me enamorase de ella, por eso tengo tan pocas personas con las que me hubiera gustado pasar mi vida.
Sin duda me hubiera gustado demostrar de lo que realmente soy capaz cuando siento algo así, un amor de verdad, no como los que relatan en las películas. Con sus alegrías y sus penas, sus discusiones y reconciliaciones, porque no hay mayor error que creer que amar es ser feliz para siempre desde el primer te quiero. Amar es sufrir y pasarlo mal, aceptar que te van a hacer daño, pero ser consciente de que merece la pena afrontar todo eso, porque comparado con todo lo bueno que una vida juntos puede ofreceros, los momentos malos no son más que un grano de arena en mitad del desierto. En cierto modo es bonito ver como a pesar de las lágrimas de dolor derramadas, un amor que se siente con fuerza prevalece sobre todas las cosas...

Si hubiera tenido la posibilidad de demostrar lo que soy capaz de hacer sentir en alguien, esa persona, hoy podría darme la razón en mis palabras, afirmar que lo que digo es cierto, que si quiero a alguien, es de verdad.


Se acaba la era de las noches de verano, de los relojes parados, de las vistas al mar y del mayor amor que pude conocer. Pero creo que si una vez conseguí que alguien se enamorara de mí, puede que, con el paso del tiempo, vuelva a encontrar a alguien que vuelva a mirarme como yo la miraría a ella, naciendo esta vez, la verdadera historia sin final de mi vida.

Saldré al mundo cargado de sonrisas recién nacidas, para algún día, cruzarme por alguna casualidad con esa chica que sé que existe pero aún no conozco, tímida, feliz y sincera como yo, con la que volver a abrazar una mirada distinta, hasta que llegue un nuevo principio donde vuelva a escuchar aquello que tanto me gustaba oír cada mañana temprano:
Ese difícil y valioso ``te amo´´.


-Vii Broken Crown-


``Te debo tanto, mi amor. Te quiero pedir perdón, por no saber como hacerte feliz, por marchitar una flor...´´ -Mägo de Oz, Hechizos, pócimas y brujería-.

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