viernes, 8 de marzo de 2013

Leyendo a la Realidad

Al filo de una montaña.
Así es como me siento yo. Tan vulnerable que hasta un pequeño soplo de viento podría hacerme caer al vacío.


Los días cada vez se hacen más largos y el invierno se hace presente en los últimos días de su vida.
La lluvia no cesa durante semanas, y frente a mí no puedo ver más que un manto de gotas de agua llenas de miedos y errores.

A veces me pregunto por qué sigo en este mundo, creo que no estoy a la altura de merecer una oportunidad en él. Los meses pasan y lo que prometía ser un salvavidas que me llevara a la superficie, se ha convertido en un ancla que me hunde más cada día que pasa.

Pero sin duda, lo más duro es ir pasando páginas que no te dicen nada. Vacías de experiencias pero llenas de frustraciones.
A menudo se acumulan en mi existencia, hasta que forman un capítulo en el que tan solo puede leerse ``has perdido tiempo que otros aprovecharían más que tú´´.

Lo cierto es, que no tengo ningún incentivo para seguir adelante. Perdí a la gente que más quise, fracasé al reorganizar mi vida, no conseguí escapar de mis pesadillas, y seguí decepcionando a quien lo daba todo por mí.

Sinceramente pienso que no me merezco nada de lo que aún conservo. Nadie debería llegar a conocerme.


Yo no era así. Las cuatro primeras palabras que escucho al abrir los ojos cada mañana.  Soy el primero en reconocerlo, antes yo era una sonrisa con patas. Hacía reir a mis amigos, a mis padres, y lo más importante, me hacía reir a mí mismo.

¿Qué es lo que ha pasado?, ¿por qué la tristeza se ha convertido en mi compañera?. Supongo que la vida me ganó la batalla.
Envidio a los que sonrien cada día, a los que tienen mil fotos con sonrisas. En definitiva, un concepto del que me olvidé llamado ``optimismo´´.

Perdí la capacidad de ver los colores de la vida, y como las páginas de un libro, me limito a leer la realidad en blanco y negro. Observo cada palabra en la calle, cada frase del final de un día.
Veo las comas que separan las horas vacías en las que vivo, y los puntos donde descanso olvidándome de todo.
En mi realidad leo puntos y aparte en los que duermo al caer la noche, o puntos y coma si no consigo dormir.

Estoy cansado. Cansado de ser yo y de no tener claro ni a qué hora sale el sol. Cansado de las dudas, de los falsos sentimientos, de promesas que no llegan a cumplirse y de otras que nunca debería haber hecho.

Os envidio.
Envidio a todos los que tenéis ilusiones, que luchais por ellas... O mejor dicho, que podéis luchar por ellas. Envidio a todos los que sois felices a pesar de los problemas.
A menudo escucho que hay que mirar hacia delante, que hay que ser positivo, que hay que luchar contra todo lo que se te ponga por delante. Yo... No puedo.

Todos estos tópicos siempre estuvieron lejos de mi alcance. Soy frágil, he perdido todas mis batallas y no me quedan fuerzas para iniciar otras. Hay quien puede mirar siempre al frente, lo siento, pero yo no soy así, ojalá lo fuese...

Llevo incontables meses... Años, sin tener una historia propia, viviendo de lo que fui. No tengo presente desde hace mucho, y cada vez voy acercándome más al filo de mi caída final. Pero, ¿qué puedo esperar de un mundo que me ha mostrado que es cruel con quien no lo merece?.

He visto como buenas personas lo pasan mal por culpa de quien no lo merece.
He visto a indeseables lograr sus propósitos a pesar de sus malos métodos.
He visto como la muerte de muchos inocentes quedan impunes, mientras sus asesinos se burlan de sus familias en la calle.
He visto el dolor de la pérdida, de forma tan brusca que aniquiló mi fe en una realidad ideal.
He visto a enamorados que no estan juntos por idiotas, y a parejas que no estan enamoradas fingiendo que se necesitan.
He visto al fracaso casi todos los días de mi vida. Un letal demonio que disfruta con cada paso en falso.
He visto tantas cosas malas... Y tan poco bueno... Que me he llegado a preguntar si merece la pena vivir en un mundo tan cruel, falso, tan artificial.
Los buenos siempre ganan en las películas, porque los malos, para ganar ya tienen la realidad.

No hay nada más triste que una persona que no tiene nada por lo que sonreir.
Mi realidad es gris, sin adornos ni anestesia que disimule su dolor, y lo peor es la soledad que me acompaña, cada vez más evidente.
Una sonrisa es demasiado valiosa para dedicársela a todo el mundo, hay que tener cuidado a quien se la diriges, pues se puede volver en tu contra en algun momento como me ocurrió a mí.
Este mundo es demasiado real para vivir un sueño.




No sabéis la suerte que tenéis, por el simple hecho de poder sonreir.








-Vii Broken Crown-
``Su camino nunca encontró. Quedaba tanto por andar, que ella decidió volar...´´ -In memoriam, Mägo de Oz-

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