Difícil decisión

-¿Venís o qué?. No tenemos todo el día.
Aquel apresurado llamamiento era típico de mis amigos. Sin hacer mucho caso a sus peticiones, les dije que continuasen ellos y que ya les alcanzaría.
Sin repetirlo dos veces, se marcharon dejándome solo tal y como yo quería. Aún sentado en la mesa, llamé la atención del camarero:

-Tráete otro café, cuando puedas-dije.
-Que sean dos-continuó una voz detrás de mi mientras notaba una mano sobre mi hombro.

Tomando asiento junto a mi, me miró sin dudar un segundo, con una expresión de curiosidad un tanto cómica. Sin mediar palabra, continuaba mirándome hasta que me hizo sonreir.

-¿Qué pasa? -dije entre risas.
-¿Me vas a contar lo que te ocurre, o voy a tener que adivinarlo?.

Miré hacia abajo sin dejar de reír, como si no tuviera escapatoria ante algo demasiado evidente.

-No es nada, tan solo que hoy he recordado muchas cosas, y me he planteado otras cuantas.
-Sabes que no nos vamos a ir de aquí hasta que no me lo cuentes, así que, empieza, soy todo oídos.

-Verás...  Como ya sabes, hace más de un año que mi relación acabó.
Aquel maldito noviembre fue el final de una historia que podría haber sido algo mucho mayor. Pero a veces, las cosas simplemente terminan.

-Pero, tengo entendido que fuiste tú el que puso el punto final a lo vuestro. Por algo sería, ¿no?.

-Si. Pero eso no significa que quisiera hacerlo.
-Entonces, ¿por qué lo hiciste?.

Apartando la sonrisa a un lado, me dispuse a dar marcha atrás en el tiempo para iluminar mi historia, la auténtica verdad.

- Yo la quería, y ella a mi, era fácil darse cuenta. Como cualquier pareja, deseábamos vernos a cada instante y que el tiempo que pasásemos alejados, fuese lo más corto posible. Sin duda aun guardo instantes inolvidables, recuerdos que no pueden barrerse de mi mente.
Recuerdo aquel día oscuro bajo el sol. El lugar, la hora en donde nuestro libro terminó, a pesar de tener tan solo escrito el prólogo. Aquella noche no pude dormir pensando en como estaría ella, pensando en su rostro, en como me miró al decirle que se acabó...
Cuando uno empieza una relación, con sus primeros besos, sentimientos y emociones, no espera tener que hacer algo así jamás. Piensas en todo lo que os queda por vivir unidos, pero nunca en la fecha del final. Uno, simplemente, espera ser feliz logrando la felicidad de su pareja.
El motivo por el que la dejé marchar, fue, precisamente, ese. Yo sentía que ella no era feliz conmigo, no todo lo que podría llegar a serlo. Mi decisión puede que no fuese bien vista, pero mi verdadero motivo, fue darle la oportunidad de encontrar algo mejor.
¿Soy el culpable de que lo pasase mal?, si. ¿Entiendo su reacción hacia mi?, también. Cuando haces algo así, tienes que tener claro lo que se te viene encima, y puede que uno de los mayores castigos fuese la distancia que comenzó a separarnos.
Pero gracias a mi difícil decisión, ella encontró a otra persona. Alguien con quien de verdad es feliz completamente, y con la que comparte la vida que se merece. Gracias a la muerte de mi historia, nació una verdaderamente para ella.

No se si alguna vez has tenido que hacer algo así, pero espero que no tengas que enfrentarte a ello. Tener que abandonar a la persona que quieres, porque crees que no eres suficiente... Es devastador. Hemos estado muchos meses sin tan siquiera mirarnos a la cara, hasta que no hace mucho, puse las cartas sobre la mesa, y le conté la verdad. Su reacción fue un tanto extraña, pero era normal, no es algo fácil de contar.

-Créeme, entiendo en gran medida lo que quieres decirme. Pero creo que todo pasa por algo, quizás no estabais destinados a acabar juntos, quizás aquello tenía que ocurrir, nadie lo sabe, lo importante es que ambos consigáis seguir adelante, y no olvidar lo vivido, tan solo, mantenerlo a un lado.

-¿Sabes lo que pasa?, que ella realmente nunca salió de mi cabeza, por más que lo intenté, sus fantasmas me perseguían cada día. Fue una de las mejores personas que tuve a mi lado, y aunque me dolió verla rehacer su vida, en cierto modo, me alegré.
Hoy día, esa distancia tan incómoda que nos separaba, se ha hecho más pequeña. De nuevo, al vernos por la calle, nos saludamos, reímos, e incluso a veces nos sacamos de quicio el uno al otro... Pero al menos sé, que puedo contar con ella, y ella puede contar conmigo.
Gracias al tiempo, y al verla feliz de nuevo, puedo contarte esto con una sonrisa. Porque puedo hablar con ella, reír, y sobretodo, contar con ella . Quizás es lo que más necesitaba, mantener junto a mi todo lo que me gustaba de ella, pero en forma de amistad. ¿Estaba enamorado de su amistad?, ¿o su amistad fue la que me enamoró?. Solo sé que por fin, es feliz, y que yo, algún día, también lo seré.

-Me alegra saber, que el tiempo ha curado muchas de las heridas que había entre vosotros -dijo mi amigo-, pero tengo que hacerte una última pregunta. ¿Crees que te equivocaste en tu decisión?.

-¿La verdad?, no lo se. Creo que nunca lo sabré. Puede que lo que hice fuese lo correcto o puede que no. ¿Quién me dice a mi que en unos años no estaremos de nuevo juntos, o por el contrario no volvamos a vernos nunca?. No se si estuvo bien o mal, tan solo se, que en aquel momento, fue lo mejor para ambos.

Justo antes de que termináramos aquel café, y mi amigo y yo nos levantáramos de la mesa, el se me adelantó, y chocándose la mano, me dijo:

-Para salvar una amistad, a veces, lo correcto es abandonar el amor a tiempo.

A día de hoy, sigo sin saber nada con claridad. Tengo las mismas dudas sobre cual hubiera sido nuestra historia si no hubiera decidido aquello. ¿Hubiera mejorado?, ¿hubiera empeorado?.
Lo único seguro, es que el tiempo pasa, pero aquella chica con la que una vez estuve, siempre tendrá un hueco en mi interior donde guarde todo lo bueno que llegamos a tener.
Quien sabe, igual algun día incluso acaban escribiendo sobre mi historia, pues de las grandes experiencias, nacen grandes enseñanzas y yo...









...Yo he aprendido a sentir.






-Vii Broken Crown-


Dedicado a Lorenzo Sánchez, un amigo con el que poder contar siempre, y uno de los lectores más veteranos de este blog. Un abrazo.


``Para olvidar, busca otro amor, y arropa tus labios en él´´ -Sácale brillo a una pena, Mägo de Oz-