jueves, 31 de enero de 2013

Besos de Mariposa

Me ha costado 5 años atreverme a hacer esto.
Durante todo este tiempo, no me veía capaz de hacerlo, pero hoy, algo dentro de mi, ha dicho; Hoy es el día.


Tendrás que perdonarme por retrasar tu correo durante tanto tiempo, pero también sé que lo entenderás.
Te escribo desde aquí abajo, desde Águilas, ¿recuerdas?, ese pueblecito en el que viviste la mayor parte de tu vida.
Aquí todo sigue igual, bueno, algo más mayores. Las calles son las  mismas y tu casa sigue en el mismo lugar donde la dejaste al marchar. Es inevitable que todo cambie en cierto modo con el paso del tiempo, pero hay algo que no ha cambiado, y es que todos te echamos de menos como el primer día que decidiste marcharte.

Supongo que era tu hora de partir, que te fuiste así, sin avisar, porque no hubieras soportado vernos llorar ante tu partida. Aunque, ¿sabes?, esto no es del todo cierto. Es algo que siempre guardé en mi interior, pero el caso es, que sí hubo despedida.
Fue en la mañana del 31 de Enero de 2008, a las 8:30, como siempre, llegaba tarde al instituto, y, como cada mañana, tú, te levantabas un poquito antes para, tan solo, verme pasar y despedirte sonriendo. Lo que no supe, fue que aquel día, lo que en realidad estabas haciendo, era despedirte de mi vida. No fue hasta por la tarde, cuando tuve que darme cuenta, de que yo te dije adiós para siempre, sin saberlo.

Si hoy, 5 años después del peor recuerdo de mi vida, escribo esta carta, es para decirte todo lo que no pude en su momento.
Sin duda nos faltó tiempo para disfrutar juntos. Recuerdo que por aquel entonces, te dije que me gustaría que fueses mi madrina en día de mi Confirmación. Tu respuesta fue un abrazo de lágrimas. Puede que aquel día no pudieses llegar a estar a mi lado, pero sé que estuviste allí conmigo, y lo sigues estando ahora.

No he dejado de sentirte a mi lado desde aquel entonces. Cada minuto que pasa te quiero más. No fuiste mi abuela, fuiste una segunda madre, una personificación de toda la bondad del mundo, y la viva imagen de lo que me gustaría ser de mayor. La muerte detiene el nacimiento de nuevos momentos juntos, pero no impide que pueda escuchar aún tu risa, tu voz, e incluso, poder sentir el calor de aquellos abrazos que solo tu podías dar.

Recuerdo que me dijiste, que el día de mi nacimiento, fuiste la primera en cogerme en brazos. ¿Sabes qué?, aún puedo sentir aquel abrazo, el calor de tus manos es el que me arropa por la espalda cada noche.

Sé que estás ahí arriba, en algún lugar que nadie sabe realmente donde está, pero yo sé que sigues mirándome, sonriendo mientras coges la mano de mi abuelo mientras dices; ''Mira, ese es el nieto que no pudiste conocer''.

Sé que estás ahí... Viéndome escribir estas lineas, sigues viva, viéndonos a todos avanzar en nuestras vidas, siendo felices como tu lo fuiste, y deseándole lo mejor a tus hijos.

Y es que a pesar de que hayan pasado los años, no puedo evitar soltar una lágrima cada vez que hablan de ti.
Hoy, te confiaré uno de esos secretos que tu me contabas con un susurro al oído. Lo que más me gusta de mí, son mis ojos. ¿El motivo?, cada mañana, al mirarme al espejo, te veo en mi. Me regalaste al nacer ese color azul en mi mirada, ese color azul que tu tenías en los tuyos. Mis ojos son tu mirada aún llena de vida.

Tampoco he podido olvidarme de una de las cosas que más me gustaban de ti, y eran tus pequeños, pero únicos detalles.
Mi memoria no se acuerda de la primera vez que hiciste aquello, pero te acercabas a mi, ponías tus pestañas cerca, y parpadeabas muy rápido en mi mejilla.

Los llamabas besos de mariposa... y puedo decir sin dudar que es el recuerdo más hermoso que tengo contigo.

Fuiste lo mejor que tuve desde el día que nací, iluminaste mi existencia con tu cariño día tras día. Tu sonrisa era lo mas grande que pude tener durante 16 años. El poder abrazarte cada vez que entrabas a casa, el poder dormir en tu casa desde la infancia, el poder hacerte feliz como tu hacías con todos nosotros.
Si tuviera que pedir un deseo en la vida, sería poder visitarte en casa, y no en un cementerio.

Tengo que decirte, que sigo viéndote en sueños. Un pequeño lugar en donde puedo volver a disfrutar de tu compañía. Me veo a mí mismo, de pequeño, corriendo por tu casa, disfrutando de ti. Cuanto me gustaría que siguieras aquí. Me hubiera gustado presentarte a muchas personas especiales, aunque supongo que ya las conoces. En definitiva, a pesar de no poder abrazarte con los brazos, sí puedo hacerlo con el alma.
 Cuidaste de mi en vida, ahora me toca a mi cuidar de tu recuerdo.

Me alegro de que tengas a tu alrededor a tus seres queridos de nuevo, y no olvides, que algún día, volveremos a vernos, y podrás devolverme esta carta, y decirme que la recibiste, la leíste, y que ahora es hora de poder volver a estar juntos para siempre.
Abandonaste la realidad, para convertirte en eternidad.
Por eso he escrito esta carta, aunque todo lo que quiero decirte, se puede resumir en una sola frase:

Gracias por haber vivido.

Y aunque quisiste hacerme creer, que aquella noche todo fue un sueño, se que no lo era, pues sentí tu presencia junto a mí, junto a un último beso de mariposa, acompañado de un ligero susurro que decía:

``Te cuidaré desde aquí´´.



Te quiero, Pita.
Vicente.



``Vivo cada vez que hablais de mi, y muero otra vez si llorais. He aprendido al fin a disfrutar, y soy feliz...´´.-Desde mi Cielo, Mägo de Oz-.




9 comentarios:

  1. El sentir la perdida de alguien no se basa en no poder hablar de esa persona, o en llorar mucho tiempo, si no en recordar cada minuto, cada instante y cada lugar donde un pedacito de su alma descansa en forma de recuerdo, y aun que duela, poder recordarlo con el cariño y la dulzura que esa persona se merece.
    No conocí a tu abuela, pero estoy segura de que estaría orgullosa de la persona en la que te has convertido Vicente.

    ResponderEliminar
  2. Totalmente de acuerdo.

    ResponderEliminar
  3. Eso fue algo hermoso Vicente me llego al corazon, no te conosco pero apuesto a qu eres una gran persona, un abrazo hermano.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Fue algo que escribí directamente y sin pensar. Creo que por eso esta entrada es tan especial. Muchas gracias.

      Eliminar
  4. Precioso lo que has escrito, me ha emocionado y más cuando yo siento lo mismo ahora por mi abuela que falleció hace algo más de un mes. Eres una gran persona Vicente, un saludo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. El recuerdo de personas tan especiales es lo que debemos mantener tras su partida, simplemente, porque se lo merecen. Me alegro de que te haya gustado lo que has leído.
      Un sincero pésame por tu abuela.

      Eliminar
  5. Siempre me emocionas con tus palabras. Tuve el placer de conocer a tu abuela y siempre fue una bella persona cargada de dulzura. Un beso cariño

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Muchísimas gracias. El placer es escuchar algo así, incluso después de tantos años.

      Eliminar