jueves, 6 de diciembre de 2007

Nöche de Oz...

Recuerdo que...

Hace un año, y otro más atrás, a esta misma hora, en este mismo día, no cabía en mi cuerpo de nervios e ilusión. El 6 de Diciembre de los dos últimos años se convirtió para muchos de los que asistieron a un evento muy especial, en una fecha inolvidable.

En un primer momento, la llamé: Nöche de Oz.

La idea era simple; en vista de que toda la música que me rodeaba en la mayoría de lugares que solía visitar cada vez que decidía salir a pasarlo bien, solían ser temas que no me gustaban porque no eran de mi estilo, decidí hacer una fiesta:

Una fiesta en donde la música sería la que yo mismo siempre quise escuchar durante una noche con amigos, y la cual nunca pude disfrutar de tal manera. El plan no tardó en llamar la atención de mucha gente, incluso de aquellos a los que el rock no les iba demasiado. En 2012, el 6 de Diciembre todo estuvo listo. Instalados en un bajo acondicionado para la ocasión, los invitados fueron llegando y posicionándose ante una televisión que les daba la bienvenida encendida, pero sin imagen.

Cuando llegó el momento, un video introductorio, decorado con música rock y hecho con fotos de todos los allí presentes y de los grupos que iban a sonar a todo volumen aquella noche, hizo que las expectativas de todos subieran como la espuma ante lo que estaba por venir. Finalizada la introducción, aquí donde me veis, me subí a una mesa, saludé, y al último golpe de orquesta, dejé caer de mis manos una gran bandera de Mägo de Oz firmada por los propios miembros.
Lo cierto es que puedo decir que fue un rotundo éxito. Aclamaron mi nombre y aplaudieron mientras comenzaba el primer tema de los muchos por escuchar. Hasta el amanecer, aquel lugar se convirtió en un mundo paralelo donde lo único que importaba, era divertirse.

Pero a la mañana siguiente, tenía clara una cosa: Aquello debía volver a repetirse.

Y así fue, un año después, presenté a modo de ``trailer´´ un pequeño vídeo que lucía orgulloso el título de ``Nöche de Oz 2´´, bajo el lema de que las leyendas siempre vuelven. Esta vez, quería ir más allá. Los preparativos llevaron casi 6 meses, pero fueron tantos los buenos comentarios del año anterior, que todo mereció la pena.

La lista de invitados fue un rotundo éxito; ¡casi 100 personas se apuntaron al evento y muy pocos de ellos faltaron a la cita!. En un principio estaba preparado para acoger a cerca de 60 asistentes, pero la cosa se me fue de las manos, ¡no podía negarle la entrada a nadie!. Difícilmente, intenté hacer el mayor sitio posible para que todos pudiesen entrar en aquel bajo, y al final lo conseguí.

¿Si os dijera que vinieron gentes de Murcia, Valencia, Cartagena y Madrid, a un pequeño pueblo a orillas del mediterráneo para asistir, me creeríais?. Deberíais hacerlo, porque aunque ni yo hoy mismo lo crea, es lo que ocurrió.

Pero dicho vídeo que utilicé como trailer para el regreso de la noche, afirmaba que este año habría una sorpresa.

Llegado el 6 de Diciembre, todos aguardaban a que la puerta se abriese. Cuando lo hizo, una música de bienvenida les hizo regresar un año más a aquel lugar. Nada más entrar, encontraron dos cosas:

Una pantalla con una especie de semáforo apagado... y un escenario.

Grabada quedó la euforia inicial ante esto mientras yo aguardaba al otro lado del telón, a espaldas de sus ojos. Poco a poco, el semáforo fue encendiendo sus luces, hasta que, al encenderse las 3, la pantalla se apagó, y comenzó así el nuevo vídeo de introducción, esta vez, hecho con fotografías del año anterior. Desde el otro lado del telón, yo y mis compañeros aguardabamos el momento que habíamos estado ensayando todo el verano. El vídeo terminó revelando que, la sorpresa, no era otra que un grupo tocaría en directo aquella misma noche; era el debut de La Piratería, mi propio grupo.

Tras aquello, el telón se abrió y no solo mostró al grupo y sus instrumentos, si no que, para colmo, los asistentes descubrieron un auténtico barco pirata a modo de escenario, del cual, yo, como el año anterior, dejé caer la bandera de Mägo de Oz, e inicié el concierto.

Aún resuenan en mis gratos recuerdos los abrazos, las felicitaciones y aquel ``tío, eres la cosa más épica que he visto en mi vida´´. Eso no tenía precio.

Hoy es un día triste para mí. Lo digo en serio, me hubiera gustado repetir aquella noche este año una vez más, pero me ha sido imposible. Planes demasiado grandes para un espacio tan pequeño, listón muy alto por superar, y un grupo en proceso de reconstrucción que tarde o temprano, volverá a tocar.
Estoy deseando repetir aquello. Ya no por mí, ni por el grupo, si no por tantos y tantos que me han repetido hasta la saciedad que tengo que volver a hacerla, que NECESITAN algo así una vez más. ¡Incluso algunos pensaban que era mentira cuando dije que este año no habría fiesta!.

Os lo digo de verdad, ojalá os hubiera engañado y hoy estuviésemos disfrutando de una tercera noche inolvidable, pero me temo, que esta vez, la leyenda tardará un poco más en regresar...

Pero lo hará.

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